sábado, 23 de marzo de 2013

La tesis proyectista de las sensaciones

Desde hace unas semanas estoy leyendo un ensayo sobre la percepción titulado "Sociología de las formas", obra de Arnau Puig, miembro fundador del colectivo Dau al Set. Arnau Puig, filósofo y sociólogo, ha sido y es un gran seguidor de las teorías de Rudolf Arnheim sobre el pensamiento visual y en general sobre las teorías de la percepción de la Gestalt.

Básicamente el ensayo trata sobre los factores que influyen en la percepción, si es sólo un acto físico cuya información pasa al sistema mental o si el hecho de la percepción se hace en una etapa única y en ella intervienen los sentidos y la mente conjuntamente, influyéndose unos sobre otros. Y cuando decimos mente, a ésta podemos añadir la memoria, nuestra experiencia prévia, nuestra cultura, el espacio en el que nos encontramos y muchos otros factores.

Una de las teorías, la de la tesis proyectista de las sensaciones, vendría a decir que vemos lo que queremos ver. Es decir, no sólo percibimos y luego pensamos en aquello que estamos viendo sino que ya en el momento de la percepción nuestra mente se focaliza en determinadas situaciones u objetos de una escena determinada, actuando como un filtro automático e incontrolable.

El mismo Arnau Puig pone como ejemplo para ilustrar esta teoría algunas escenas de la película de Michelangelo Antonioni, Blow Up, una de mis películas preferidas que además ha generado otros proyectos artísticos conceptuales, Blow Up Blow Up, de mano de nuestro Premio Hasselblad, Joan Fontcuberta.

Tres escenas son claves para refrendar esta teoría, la primera se da cuando Thomas, fotógrafo de moda, sale a dar una vuelta con su cámara y en un jardín ve a una pareja, la sigue con su cámara, la fotografía, su percepción es la de estar fotografiando un encuentro amoroso, la soledad de la pareja y el entorno romántico acompañan.

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
En una segunda escena, la mujer le sorprende y se dirige hacia él para recuperar el carrete que había utilizado, no lo consigue ante la negativa de Thomas.

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Ya en el tercer momento, y provocado por el hecho de que la mujer insistiera en recuperar las imágenes se despierta un interés en ver las copias para quizás ver con detalle algo que no percibió en el momento de la toma.

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Realiza las copias en su laboratorio y las observa detenidamente. Ahora, su percepción se ve influida por el episodio con la mujer, hay un interés en encontrar algo más.

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Thomas  descubre la mirada de la mujer hacia un rincón del jardín, realiza entonces ampliaciones de esa zona de la fotografía y finalmente descubre el perfil de un cuerpo en el suelo, ¿podría tratarse de un cadáver?, ¿podríamos estar ante la escena final de un crimen pasional?

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
El asunto es que Thomas fotografía a la pareja porque su percepción está coartada por la tradición de la escena de una pareja enamorada en un jardín, Thomas se convierte en voyeur y no percibe en el momento de la toma la presencia del cadáver. Sin embargo cuando tiene sospechas y se encuentra fuera del entorno del jardín, acaba percibiendo la presencia del muerto.

Buena forma de ilustrar la tesis proyectista de las sensaciones, cierto es que proyectamos nuestra mirada sobre aquello que queremos, dejando a veces de lado otros elementos presentes en la misma. Os recomiendo la película y el libro.

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