jueves, 27 de agosto de 2015

Arles 2015, lo bueno si breve dos veces bueno

Era la primera edición efectiva de Les Rencontres d'Arles con Sam Stourdzé a la cabeza, ya que en la anterior tomó el mando a pocos meses de la inauguración, y tenía ganas de ver si habían habido grandes cambios en la organización y contenidos del festival, así cómo ver el avance de las obras de la Fundación Luma en el recinto de los Ateliers y en concreto el edificio obra de Frank O. Gehry. En cuanto a la primera duda, sinceramente no he notado grandes cambios en la estructura del festival tras la marcha de François Hébel, se repite la fórmula año tras año, al menos en los últimos cinco. En cuanto a las obras la sensación es de que o son monstruosas o no están yendo al ritmo marcado, sí que habían pabellones reacondicionados pero el edificio emblema parece que aun está lejos de ser lo que se podía ver el año pasado en la maqueta que se exhibía.

Esplanada de Les Ateliers en obras.
Les Rencontres d'Arles sigue siendo el mismo cocktail con los mismos ingredientes; unas grandes estrellas, en esta ocasión Stephen Shore y Walker Evans, una mirada al pasado; esta vez recordando el trabajo de Las Vegas Studio un poco a toro pasado, una serie de fotógrafos bajo una etiqueta o bandera, este año los japoneses, unos cuantos archivos que salen a la luz, esta vez vimos los indígenas de la Tierra del Fuego y un recorrido histórico por la representación de la esfinge de Gizá además de los archivos de la apabullante MEP u otras colecciones, unas cuantas propuestas de revelaciones, algunas muy interesantes, los trabajos de los alumnos de la ENSP de Arles y de los programas asociados de la Fundación LUMA y libros, muchos libros. Es un formato que funciona y cuyo éxito reside en buscar un equilibrio que guste a todos, siempre algo te agradará. Eso sí, este año es un cocktail pero ya no es un trago largo, se agradece la reducción del número de exposiciones, aunque no sé si ello se debe a motivos temporales por las obras de los Ateliers.

Llego a Arles y comienzo visitando l’Eglisse des Pères prêcheurs, donde hay una instalación con fotografías de Martin Parr y música de Mathieu Chédid. Me acuerdo de Mathieu Chédid y su machistador, hace un tiempo de eso, me viene a la cabeza un tipo con una estética un tanto extravagante. Antes de entrar me parecía un experimento interesante, un juego de fotografía y música, una relación que me atrae. Una vez dentro la instalación me pareció divertida, Parr sabe muy bien cómo mantener la atención por sus fotografías dando una vuelta de tuerca, pero en mi opinión y reconozco que tampoco le dediqué quizás el tiempo necesario, no vi tan obvias las asociaciones de imágenes y sonidos, curioso me pareció que en cada espacio se proyectara sobre el muro el nombre del intrumento, como si se necesitará dar pistas.

Martin Parr y Mathieu Chédid. MMM. Église des Frères prêcheurs.
Las tumbonas de Martin Parr. Église des Frères prêcheurs.
Para disfrutar de la instalación podías utilizar una de las tumbonas creadas para la ocasión y estampadas con las clásicas fotografías de turistas realizadas por Martin Parr, muy divertidas aunque no igual de cómodas, se podían conseguir al módico precio de 250€.

A Mathieu Chédid se le podía ver también en una de las portadas de discos expuestas en los Ateliers des Forges, impresionante exposición que mostraba de forma más evidente esa relación entre música y fotografía.

Laurent Seroussi, portada de M. Qui des nous deux. Atelier des Forges.
Exposición Total Records. Atelier des Forge
En los Ateliers también se podía visitar la exposición de Las Vegas Studio, en la que se podían ver las fotografías recuperadas de los archivos de los arquitectos Robert Venturi, Dennis Scott Brown y el colaborador Steven Izenour, realizadas en 1968 durante un viaje a Las Vegas junto a estudiantes de arquitectura. Las fotografías fueron encontradas hace ya unos 5 años y por entonces se publicó un libro con ellas y alguna entrevista, en este blog le dediqué una entrada. Me sorprende que hayan pasado 5 años para que dichas fotografías hayan saltado del libro a la pared.

Las Vegas Studio. Grande Halle, Parc des Ateliers
Las Vegas Studio. Grande Halle, Parc des Ateliers
Del viaje de 1968 a la Vegas salió un libro icono durante muchos años en el que se describía arquitectónica y urbanísticamente la ciudad de Las Vegas con el título "Learning from Las Vegas", en él se trataba muchos temas, entre ellos el concepto del negocio que incorpora el reclamo publicitario en sí mismo, es decir ¿por qué añadir un cartel publicitario a una tienda de donuts si podemos hacer la tienda con forma de donut? Esta idea es el punto de partida del proyecto de Olivier Cablat, que de forma obsesiva trata de crear un archivo de la evolución de estos edificios de formas singulares, partiendo del famoso pato fotografiado por Venturi.

Olivier Cablat. Duck, a theory of evolution. Grande Halle, Parc des Ateliers
La exposición me agradó, me gusta que partiendo de una idea tan sencilla se desarrolle un estudio extenso, con información abundante y un trabajo de investigación largo, mostrado de forma divertida en sala, con una réplica del pato y con composiciones a modo de evolución darwinista. Lamentablemente el catálogo no estaba a la altura de la exposición y tan sólo mostrada imágenes en sucesivas páginas perdiéndose esos juegos expositivamente atractivos.

Olivier Cablat. Duck, a theory of evolution. Grande Halle, Parc des Ateliers
Olivier Cablat. Duck, a theory of evolution. Detalle del libro Learning from Las Vegas
en vitrina. Grande Halle, Parc des Ateliers
Y hubo más Las Vegas en Arles, la exposición de Toon Michiels que se podía ver en la Église des Trinitaires, el trabajo trata de combinar la visión archivística de los Becher con la práctica realizada por Walker Evans de introducir textos en sus fotografías, algo acorde con el objetivo de los anuncios publicitarios de neón. Este trabajo no me sorprendió pues previamente había visto uno de similares características realizado por la fotógrafa Sandra Gómez.
Toon Michiels. American Neon Signs by day and night. Église des Trinitaires
Toon Michiels. American Neon Signs by day and night. Église des Trinitaires
En el Grand Halle exponían muchos autores, algunos de corte documental como los de Ambroise Tézenas o Thierry Bouët que recopilan fotografías de turismo de lugares de tragedia o de personas que venden por internet objetos curiosos, en ámbos casos el texto, la historia, iba muy por delante de las fotografías, siendo éstas un testimonio de lo narrado en la cartela correspondiente, ello no quita que sean unos trabajos interesantes.

Con los trabajos que disfruté más fue con los expuestos en Cosmos Arles Book de autores que sigo desde hace tiempo, el objeto fotográfico de Cyrille Weiner y Grégory Lacoua, de factura excelente, la instalación de Stéphanie Solinas que combina lenguaje fotográfico, lenguaje braille y escultura, siempre conceptualmente sólida y muy original en sus proyectos. El tercer autor, Miguel Angel Tornero mostraba su trabajo Random Series, fotocomposiciones conseguidas de forma aleatoria y que gracias al software de photo-stitch, lo que podría ser un error de composición, gracias al azar, deviene en una nueva imagen que tras un tiempo de observación acaba descubiendonos una nueva realidad, un tanto surreal. Tornero recibió una mención especial en el premio de libro de autor con su Random Series.

Cyrille Weiner y Grégory Lacoua. Twice
Stéphanie Solinas. Les déserteurs
Miguel Angel Tornero. The Random Series
Junto a estos trabajos expuestos en pared se podrían ver todos los libros presentados en Arles, entre ellos en la sección de maquetas disfruté especialmente con Cosmic Surgery de Alma Haser, un fotolibro en el que se explora la tercera dimensión del retrato fotográfico.

Alma Haser. Cosmic Surgery
Exposición de libros. Magasin électrique.
Interesantes me parecieron algunos de los trabajos expuestos en la sección de descubrimientos, el archivo que se mueve entre la realidad y la ficción realizado por Robert Zhao Renhui, presentado con la solemnidad de un archivo, como un flujo en pared, cada ficha identifica un animal o vegetal, incluyendo según las convenciones archivísticas una imagen fotográfica, cuando se lee la ficha completa empiezan a surgir las dudas, en algunas ocasiones más evidentes que en otras. En cierta manera hay resonancias con otros archivos que juegan con la dualidad realidad-ficción como The Atlas Group de Walid Raad.

Robert Zhao Renhui. A Guide to the Flora and Fauna of the World
Robert Zhao Renhui. A Guide to the Flora and Fauna of the World
Otro trabajo atractivo, dado que últimamente ando interesado en la representacion del conflicto, es el de Lisa Barnard, que nos presenta las relaciones entre la guerra, la industria del entretenimiento y la tecnología, haciendo evidente el uso cada vez más importante de la imagen en la guerra, una muestra de ello es el software de immersión utilizado por soldados como entrenamiento prévio al campo de combate o el uso de drones, en los que la imagen remota permite sus maniobras. La instalación nos muestra estos elementos que configuran el escenario de la guerra contemporánea.

Lisa Barnard. Hyenas of the Battlefield, Machines in the Garden
Lisa Barnard. Hyenas of the Battlefield, Machines in the Garden
Era curioso ver cómo proyectos cuya materialización principal ha sido el fotolibro se materializaban en el espacio expositivo, los proyectos de Julián Barón se mostraban en una instalación que te aislaba completamente del resto de espacio expositivo, creando un ambiente ciertamente angustiante, Tras imágenes de gran tamaño de sus proyectos Censura y Tauromaquia, se proyectaba fotogramas de Los últimos días vistos del rey, tres proyectos que nos hablan sobre el uso de la imagen por el poder.

Julián Barón. Censura, Tauromaquia y Los últimos días vistos del rey
Julián Barón. Censura, Tauromaquia y Los últimos días vistos del rey
Julián Barón recibió el premio revelación junto a Pauline Fargue, una autora que al igual que Julián Barón, trabaja el fotolibro, en su exposición combina fotografías de gran formato junto a libretas intervenidas con fotografias, dibujos y textos. La línea que une ámbos formatos en la pared expositiva nos remite a la lectura lineal del libro.

Pauline Fargue. Nul jour.
Pauline Fargue. Nul jour.
Un par de proyectos me gustaron por aquello de cuestionar los límites de lo que entendemos por fotografía. Dos instalaciones incluían escultura, ¿podríamos hablar de impresión 3D como fotografía?, ¿si la impresión convencional, en 2D, la entendemos como fotografía, lo es también la 3D? ¿O es bien escultura por utilizar volumen? Junto a la instalación de Paola Pasquaretta encontrábamos la de la pareja The Cool Couple.

The Cool Couple. A Kind of Display
The Cool Couple. A Kind of Display
Paola Pasquaretta juega con las formas de representación, confrontando fotografía y escultura en un trabajo además de conceptual un tanto poético. El proyecto de The Cool Couple trata sobre el uso de la barba a lo largo de la historia, en la que se dan contradicciones evidentes en sus motivaciones y usos,  haciendose palpables en sus representaciones. Cuando asistí a la exposición no se realizaba la performance en el centro del espacio expositivo.

Paola Pasquaretta. Tephra
Paola Pasquaretta. Tephra
Para acabar un par de exposiciones con las que disfruté especialmente, aquellas en las que sientes una especie de síndrome de Stendhal pero reemplazando monumentos por fotografías, es el caso de la muestra dedicada a Stephen Shore, comisariada por Marta Dahó, mostraba los trabajos más importantes de uno de los genios del paisaje contemporáneo y la exposición dedicada al trabajo editorial de Walker Evans.

Stephen Shore. Espace Van Gogh
Stephen Shore. Espace Van Gogh
Walker Evans. Musée Départamentale Antique d'Arles
Walker Evans. Musée Départamentale Antique d'Arles
Siempre hay sorpresas en Arles, una de ellas fue la instalación a modo de constelación de Cloé Vignaud, su proyecto México Salvaje es una interpretación del libro "Los detectives salvajes" de Roberto Bolaño. En la instalación además se podía hacer una edición de las fotografías con ayuda de un monitor táctil, creando cada cual su secuencia.

Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Dejo muchas cosas en el tintero pero esta entrada ya se ha alargado demasiado, podéis encontrar información completa sobre lo que se puede ver en Arles en la página del festival, todavía tenéis unas semanas para visitarlo.

Más fotografías aquí.

domingo, 9 de febrero de 2014

Anatomía del disparo fotográfico

A partir de un texto de Paul Graham, "La fotografía es facil, la fotografía es dificil", en el que, entre muchas cosas, se habla de qué fotos merecen la pena, de si lo son las conseguidas a base de esfuerzo, preparadas, controladas, previsualizadas, etc. surge la curiosidad de analizar de qué manera tomamos nuestras fotografías o mejor dicho cómo hemos llegado a crear un cuerpo de fotografías que conformen un proyecto fotográfico.

Puntos generadores del disparo fotográfico sobre el Vitruvio de Leonardo da Vinci
Se podría decir que al proyecto fotográfico se llega a partir de básicamente dos tareas, que no son compartimentos estancos pero que a efectos de la explicación podemos separar; una es la toma y otra la edición. Se pueden contabilizar cuatro prácticas generales según el nivel de esfuerzo que recaiga en la toma o en la edición, constituyen, por tanto, básicamente cuatro tipos de creación fotográfica, aunque se pueden dar casos a caballo de dos cualesquiera de dichas prácticas.

Y dichas prácticas de creación fotográfica guardan ciertas relaciones con los puntos generadores del disparo fotográfico e incluso con los medios que los autores suelen hacer uso, y más allá, incluso se podría encontrar un paralelismo con otros campos como el de la escritura y sus diferentes géneros. Vamos a ir desglosando todo esto a lo largo de la entrada.

En la primera práctica podemos encontrar aquellos fotografos que suelen disparar de manera incontrolada, digamos que "sin esfuerzo", se dejan llevar por el instinto más bien, suelen generar un volumen considerable de imágenes, muchas veces guiados por "el azar o el accidente" consiguen imágenes insólitas. Se podría decir que estos  fotógrafos disparan con el estómago, son muy viscerales, son los fotógrafos clase A.

Sin embargo este menor esfuerzo en la toma se compensa con el mayor esfuerzo hecho en la edición. La ingente cantidad de fotografías, a menudo sin una conexión directa o al menos intencionada, deben editarse con gran dedicación y es a partir de esa compleja edición cuando empieza a cobrar sentido el proyecto. En esta categoría podemos incluir a fotógrafos como Michael Ackerman o Daido Moriyama.

Michael Ackerman. Half life (2011)
Curiosamente muchos de estos fotógrafos utilizan como herramienta una cámara discreta, que les permita hacerse invisibles, no prima la calidad sino la foto espontánea. Algunos se valen de cámaras compactas o incluso de toy-cameras para después en postproducción conseguir el resultado deseado.

Buscando un paralelismo con la escritura serían escritores de diario, muchos suelen explicar su vida o sus viajes, un ejemplo podría ser la obra de Klavdij Sluban.

En una segunda práctica tenemos a los fotógrafos clase B, los llamados de "la mirada inteligente", aquellos que disparan con el corazón, no es una mirada visceral como el caso anterior pero nada controlado tampoco, se dejan llevar por algo más intenso. Es una mirada más selectiva que en el caso anterior, hay mayor esfuerzo en la toma, aunque no del todo consciente, y deja menos trabajo en la edición, aunque sigue habiéndolo pero nos guiamos por un sentido que está más definido.

Entre estos fotógrafos tipo B podemos incluir a David Jiménez, sus imágenes, siguiendo la comparación con la escritura, serían poesía, no son fotografías descriptivas sino que suelen representar algo, nos llevan a otros territorios.

Aquí ya no se suelen manejar cámaras de juguete ni compactas, se suelen utilizar cámaras réflex, ya sean digitales o analógicas de paso universal. Suelen ser cámaras con mayores prestaciones en cuanto a calidad de la imagen captada. Sin embargo no es un gran condicionante.

David Jiménez. Lo que queda (2007)
El tercer grupo, los clase C, serían el de los fotógrafos que basan su trabajo en el "desarrollo de una idea o concepto", son los fotógrafos que disparan con el cerebro. Suelen partir de un trabajo bien documentado acerca de un tema y a partir de él disparan como una manera de representar esa idea gráficamente.

Un caso que me viene a la cabeza inmediatamente es el de Xavier Ribas, que combina su faceta de fotógrafo con la de antropólogo. Todos sus trabajos tienen la voluntad de representar una idea y suelen venir acompañados de ensayos que reafirman lo que las imágenes nos dicen. 

En este caso hay un mayor esfuerzo en la toma, se ha de pensar cada foto, buscar localizaciones o sujetos, me viene a la cabeza el trabajo que ha hecho Txema Savans en su "The Waiting Game". Las imágenes incrementan notablemente su calidad, se opta por cámaras de medio formato o cámaras de campo.
Xavier Ribas. Sundays (1994-1997)
Como contrapartida a la mayor intensidad en la toma, por contra la edición tiene que ser mucho más sencilla, no hay una gran abundancia de imágenes, muchas de ellas son pensadas, recuerdo una charla de Aleix Plademunt en el que hablaba de que para su serie Nada tan sólo tiraba una placa en muchas ubicaciones, eso sí bien pensada.

En la comparación con la escritura, estos proyectos vendría a ser ensayos, de hecho muchos de estos proyectos fotográficos, como decía, se generan a partir de los mismos.

Y para acabar tenemos a la cuarta clase de fotógrafos, aquellos que dejan toda la fuerza en la toma o incluso en la pre-toma, son los fotógrafos de "la previsualización de la imagen", se diría que disparan con la mano, la mano que cogía el pincel, de hecho alguno de ellos se fotografían con su cámara como si fueran Velázquez.

Jeff Wall. Imsomnia (1994)
Serían los fotografos que, como Charlotte Cotton dice, hablan de fábulas o reinterpretan obras del pasado, un ejemplo sería Jeff Wall, aunque también podríamos incluir a Gregory Credwson. Sus inspiraciones provienen de la narrativa, género con el que guardan paralelismo.

Apenas hay trabajo en la edición en los fotógrafos de la clase D, pues la imagen al estar visualizada antes de la toma apenas existe producción de diferentes imágenes, incluso a veces la obra está compuesta de una única imagen, como en el género pictórico. Com decía algunos de ellos hasta parecen pintores, por el trabajo tras la toma trabajando la imagen o incluso por su postura frente a la cámara. Sus cámaras de placas vendrían a ser el lienzo de la pintura y el disparador con el que controlan la cámara vendría a ser el pincel.
Jeff Wall. Picture for Women (1979)
Diego Velazquez. Las Meninas (1656)
Y vosotros, ¿con qué órgano disparáis? Posiblemente sois una mezcla o quizás en unos proyectos os comportáis como A y en otros como D, en definitiva es curioso definir estas tipologías e intentar encajar diferentes autores en las cuatro tipologías.

lunes, 23 de diciembre de 2013

22 formas de ejercitar la mirada creativa

Hace unos días me encontré un libro titulado "La mirada creativa", editado por la editorial Gustavo Gili y escrito por Peter Jenny. En dicho libro su autor nos propone 22 ejercicios prácticos para promover la creatividad.

Se trata de un pequeño libro, a modo de manual, estructurado como una guía de ejercicios, cuyo objetivo es tratar de encontrar vías para que lo banal, lo habitual cobre una nueva dimensión y se puedan crear otras realidades, imágenes con las que poder construir una narración paralela.

Creando formas con chinchetas. Peter Jenny, imagen del libro
Sin embargo esa aparente sencillez esconde una serie de prácticas utilizadas en proyectos artísticos contemporáneos. Y me parece un buen conjunto, aunque de entrada no tiene esa intención. Yo he intentado tirar del hilo de algunos ejercicios y plantear una serie de trabajos que encajarían en algunas de esas prácticas propuestas por Peter Jenny.

El primer ejercicio que propone el libro es "Calcar por frotación", algo que todos hemos hecho de pequeños cuando teníamos a mano una moneda, un papel y un lápiz. Es lo que Max Ernst llamó frottage  y que todavía muchos artistas utilizan en prácticas que heredan este concepto aunque en su práctica difieran algo, como es el caso de muchas obras de Fernando Prats o la serie de frottogramas de Joan Fontcuberta.

Fernando Prats. Océano Pacífico-Placa de Nazca Antofagasta, 2009.

Joan Fontcuberta. Anatomie comparée IV (1987)
El segundo ejercicio que propone el libro consiste en "Arrugar un papel u otra superficie plana de manera que consigamos que esas arrugas asemejen una topografía". Este caso concreto de creatividad me recuerda el trabajo que hizo Jon Arruti, alumno mío del curso de creación de proyectos en GrisArt. En su caso las arrugas que se acumulaban en el papel marcaban hitos en su vida, esa acumulación de arrugas significa también acumulación de experiencias, del paso del tiempo. Un trabajo que funciona muy bien en libro.


Otro ejercicio en esta línea aunque sin la intencionalidad de la topografía es el del japonés Yuji Hamada, que agurrando papel de aluminio consigue emular unas montañas. Para conseguir hacer más reales esas montañas juega con las iluminaciones, las dominantes que determinan un momento del día, desenfoques y otros efectos. El resultado es muy sugerente y podría ser una imagen no construida.
Yuji Hamada. Primal Mountain (2011)
Otro ejercicio nos propone "el uso de imágenes especulares", utilizando espejos para crear una ilusión, al formarse figuras inesperadas. Me viene a la cabeza algunos trabajos que duplican la imagen y que toman como referente el test de Rorschach, un ejemplo sería el trabajo de Alex Valiño "Galician Rorschach".

Alex Valiño. Galician Rorschach
El libro también propone "tomar fotos de las vetas de los árboles intentando buscar figuras". En esta categoría a mí se me ocurre la famosa imagen de Chema Madoz de una veta que parece la llama de una cerilla.

Chema Madoz. Sin título.
El octavo ejercicio que propone Jenny consiste en fotografiar nubes tratando de encontrar una asociación mediante formas con otros objetos o bien con personas o animales. Este sería el caso de Cristina de Middel y la nube que se asemeja a un barco de papel surcando el cielo, una nave tan frágil como la que querían utilizar los astronautas africanos o de Marlous Van der Sloot y su serie que reune imágenes donde aparecen formas que se asimilan a corazones.

Cristina de Middel. Afronauts
Marlous Van der Sloot. Untittled (collection of hearts)
El décimoprimer ejercicio se refiere al caos, a fotografías que se toman de manera casual pero que al ir observándolas (edición) conseguimos encontrar formas que crean una relación con otras fotografáis. Bien podría ser el caso del fotógrafo Alex Dorfsman y su serie This mountain collapsed and became a bridge en la que se van sucediendo un sinfin de analogías entre diferentes imágenes.

Alex Dorfsman. This mountain collapsed and became a bridge
Alex Dorfsman. This mountain collapsed and became a bridge
Otro de los ejercicios, aunque no muy fotográfico, propone el uso de las manchas de cafe para encontrar nuevas formas. Es curioso porque las manchas de café fueron la inspiración para el Office Baroque de Gordon Matta Clark.

Gordon Matta-Clarck.Manchas de café sobre papel
Gordon Matta-Clarck. Office Baroque
Otras manchas de cafe inspiradoras son las de la taza de David Jiménez que forman una especie de órbitas planetarias o bien anillos que podrían representar la unión de dos personas. En una ocasión él mismo nos mostró otra imagen de la taza pero esta vez rota en varios trozos, simbolizando quizás la ruptura.

David Jiménez.

Otro ejercicio hace alusión a la acción de reencuadrar, a la acción de decidir qué queda dentro y qué queda fuera del marco. En sí ésta es una de las grandes decisiones que desmontan la pretendida teoría de la veracidad otorgada a la fotografía, como se suele decir "una verdad a medias es una mentira", ya podemos fotografiar la realidad sin crear ninguna escenificación que un recorte puede mostrarnos otro escenario diferente al existente. Aunque muy contemporáneo no sea, sin embargo, el mejor ejemplo en este tipo de práctica podría ser la serie Cause of death (1974) de John Hilliard.

John Hilliard. Cause of death
No os quiero desvelar más ejercicios, hacedlo vosotros mismos, este librito aporta mucho por un módico precio. Intentad encontrar similitudes con proyectos artísticos que hayáis visto, si lo hacéis compartidlo con un comentario en esta entrada.
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