© Pedro Arroyo. Paisaje de Passanant i Belltall
Este fin de semana pasado se celebró en el pequeño pueblo de
Passanant la quinta edición del festival de fotografía
Passanant Foto, festival organizado por
Josep Bou y
Teresa Jové.
Ésta ha sido mi primera asistencia, además de descubrir un escenario estupendo, he podido disfrutar con las intervenciones de dos grandes fotógrafos, muy similares en cuanto a su manera de afrontar el acto fotográfico pero muy distintos en cuanto al sujeto que es protagonista en su obra.
De una parte
Chema Madoz, muy conocido ya por todos, pocas novedades se pueden decir cuando se habla de él, sin embargo hay algunas cosas que desconocía y me llamaron la atención durante su intervención. Madoz nos explicó su carrera desde los inicios y conocimos de su mano alguna anécdota, una de ellas es la que le llevó a comprarse una cámara. Desde muy joven le gustaba la música así que empezó a ahorrar con la intención de comprarse un buen equipo, cuando ya habia reunido el dinero necesario y se decidió a comprarlo, éste había subido tanto de precio que cambió de opinión y optó por comprarse una cámara.
Pronto empezó a disfrutar con la fotografía y como su restricción presupuestaria no le permitía viajar se dedicó a fotografiar lo que tenía cerca. Entre sus primeras experiencias estuvo la de fotografiar a sus amigos, buscando la interacción de los mismos en el territorio, eligió para ello un polígono industrial. Pero cada vez más empieza a fijar la mirada en los objetos y es cuando ya da el salto al medio formato y cuando el bodegón constituye para él su único motivo fotográfico, cuestión que perdura hasta la actualidad.
También nos explicó que en sus inicios se sintió como si fuera contracorriente pues insistía mucho en la composición, dedicándole gran parte de su tiempo. Siempre quizo ser aficionado, no quería trabajar por encargo, sin embargo claudicó ante la oferta de un diario debido a que destestaba su trabajo y era la única manera de dejarlo. Realmente lo que quería era emocionarse con sus imágenes como lo hacía con las de otros, entre estos él mismo nos citó a
Kertész, a
Magritte o a
Duane Michals.
Otros aspectos que me sorprendieron de su charla fue saber que en su taller (no se atreve a llamarlo estudio) no utiliza ningún tipo de iluminación controlada, todo es iluminación natural. Esta es una de las características de sus bodegones, tienen luz natural, eso implica un gran trabajo para conseguir moldear esa luz no controlada, él dice que con el tiempo ha acabado por dominar la luz que entra en su taller.
Para acabar nos dijo que él no quiere provocar risa en el espectador cuando ve sus imágenes sino quiere descolocarlo con una segunda lectura del objeto fotografiado, es tan sólo eso, tarea nada fácil por otra parte y que consigue con maestría.
© Jesús Micó.
La otra intervención vino de la mano de
Jesús Micó, ganas tenía de escucharle pues había oido buenas críticas de él y tengo que deciros que no me defraudó para nada. Jesús Micó combina el academicismo en sus explicaciones con una pasión, incluso visceral en algún momento, en la plasmación de sus proyectos.
Nos habló de la relación entre fotografía y existencia, de la preocupación de muchos fotógrafos en mostrar lo que tienen delante de la cámara en lugar de mostrar lo que hay detrás de la cámara, él ha optado por este segundo camino, de como la fotografía y la vida personal se pueden retroalimentar para conseguir un fructífero proyecto fotográfico y vital.
Nos mostró también una proyección de imágenes de las dos etapas de su proyecto
Natura Hominis, el llamado
taxonomías que pretende una desmitificación del desnudo mediante una serie de retratos de cuerpos, donde la repetición lleva a una democratización del desnudo, gracias también a la falta de identidad en estos retratos. Por otra parte
escenarios, la segunda etapa del proyecto, pretende ser un diario autobiográfico del autor en imágenes de gran tamaño, éstas compuestas a su vez de mosaicos de otras imágenes y presentadas en murales con una altura de 8 metros, recuerdan en cierta manera a imágenes de
David Hockney.
Además de las intervenciones de Madoz y Micó, vistamos unas exposiciones en diferentes ubicaciones del pueblo de Passanant. En una se mostraban imágenes del proyecto Dubailand de
Aleix Plademunt, que no pudo estar presente ya que estaba en Vancouver tomando imágenes para su próximo proyecto.
© Pedro Arroyo. Chema Madoz visitando la expo de Aleix Plademunt
En la sala donde se podían ver las imágenes de Plademunt, la organización obsequió a aquellos que habían asistido a las cinco ediciones que se han celebrado del festival, premiando así su fidelidad al evento.
© Josep Bou. Participantes en Passanant Foto 2010
© Pedro Arroyo. Asistentes a las 5 ediciones del festival
Al final de la jornada se presentó el libro "
Viatge a la conca de Barberà 1", iniciativa también de Josep Bou y Teresa Jové, donde se recogen imágenes de varios pueblos de la comarca realizadas por diferentes fotógrafos, donde destacaría el trabajo de
Eugeni Gay, que ha conseguido captar el carácter cautivador de Passanant abstrayendo ciertos elementos de su paisaje y dándole un aire misterioso. Podéis ver las imágenes que Eugeni Gay ha realizado para este libro
aquí.
© Pedro Arroyo. Presentación del libro "Viatge a la Conca de Barberà 1"
© Eugeni Gay. Imagen de Passanant