viernes, 11 de septiembre de 2015

"Hyenas of the Battlefield, Machines in the Garden" de Lisa Barnard

Hará aproximadamente un año inicié un estudio acerca de la representación del conflicto en Oriente Medio por parte de los artistas de la zona. Aunque ya venía de lejos, la chispa que provocó su arranque fueron tres hechos significativos que sucedieron en 2014; en primer lugar el recrudecimiento de los ataques a la población civil en Siria en su prolongada revolución, en segundo lugar el enésimo ataque de Israel a los territorios de Gaza y en tercer lugar las primeras ejecuciones escenificadas del autoproclamado Estado Islámico (ISIS) y su rápido avance en territorio iraquí y sirio.

Si bien el objetivo principal era averiguar cómo desarrollan los artistas su trabajo en ese entorno dificil y si éstos toman el conflicto vivido como objeto de su creación, enseguida aparecieron nuevos ingredientes que alentaron, si cabe más, el estudio. Es el caso del creciente uso de las tecnologías en el conflicto armado y los cambios sucedidos a lo largo de la historia reciente en la representación del conflicto, tanto la que nos llega por parte de los grandes medios como de las partes contendientes. No desarrollaré este tema ahora pues lo dejo para ese texto en curso pero sí me gustaría hacer una breve alusión a este concepto a fin de introducir un trabajo interesante de la artista Lisa Barnard que pude ver recientemente expuesto en Les Rencontres d'Arles.

Lisa Barnard. Hyenas of the Battlefield, Machines in the Garden. Les Rencontres d'Arles 2015
Para señalar el punto de inflexión en la representación, podríamos citar la primera guerra del Golfo. La representación del conflicto a partir de esta guerra cambia radicalmente. Hasta entonces estábamos acostumbrados a las fotografías o filmaciones en las que el periodista acompañaba a las tropas e informaba desde la trinchera, eso era lo que se veía en la televisión y en la prensa escrita, quien captaba las imágenes acompañaba a la tropa, el punto de vista era similar al que habitualmente tenemos en el día a día y eso ayudaba a empatizar con la situación que se narraba. Esas eran las únicas imágenes que llegaban al gran público. En el caso de la primera guerra del Golfo, el inicio de la intervención americana en el conflicto fue televisado, filmado con cámaras de visión nocturna desde las azoteas de los hoteles de Baghdad, donde estaba destacada la prensa y la televisión, concretamente la CNN, como si se tratara de un evento televisivo perfectamente programado.

Las imágenes que guardamos en nuestra retina de dicho ataque son imágenes que rozan la abstracción, una serie de puntos verdes sobre un fondo negro. A estas imágenes de la prensa se añadieron otras imágenes aportadas por el ejército americano en sus briefings, vistas onboard desde los helicópteros Apache, tomas aéreas, cenitales, sin gran detalle, impersonalizando el objetivo, con ayuda de cámaras térmicas, ... todo ello contribuyendo a una irrealidad del conflicto, de una guerra controlada, casi como si se tratara de un inofensivo videojuego o de una precisa operación quirúrgica. Jean Baudrillard fue más allá y dijo que esa guerra jamás existió.

Retransmisión de la CNN del inicio de la intervención americana en la guerra del Golfo (enero 1991) e imagen mostrada en un briefing militar de una vista desde un helicóptero Apache destruyendo supuestos misiles Scud ocultos en el desierto.
Cámaras de visión nocturna y cámaras térmicas hicieron su aparición protagonista en nuestras pantallas, era el preámbulo a la introducción de más tecnología en la maquinaria de la guerra. Todo ello ha ido avanzando en los últimos tiempos, la tecnología es cada vez más presente en el conflicto, en todas sus áreas, pero en concreto en la imagen. Hemos visto ya algunos trabajos que nos acercan a esa presencia protagonista de la tecnología de la captura remota de imagen, de la vigilancia y del ataque con naves no tripuladas. Trabajos como los de Richard Mosse, que filmó la primera misión de un drone despegando de un portaaviones del ejército americano hasta el trabajo de Raphaël Dallaporta sobre las huellas arqueológicas en la superficie del territorio de Afghanistan, no siendo casual la elección de este país ya que se trata de un territorio sembrado de drones, pasando por la denuncia, en forma de intervención en la calle, de la presencia amenazante de los vehiculos no tripulados realizada por James Bridle. Todos estos proyectos nos aproximan a esa realidad de la vigilancia remota.

"Hyenas of the Battlefield, Machines in the Garden", el fotolibro de Lisa Barnard, nos muestra un espectro mayor en la presencia de las tecnologías de la imagen en los asuntos de la guerra. El trabajo de Barnard me recuerda en cierta manera el de Taryn Simon, por la extensa dedicación en recopilar la información necesaria, su obra es documental pero tiene otros ingredientes que la acercan al terreno artístico, aunque sin hacer concesiones a la ficción.

El libro comprende dos de sus trabajos realizados durante más de seis años, Virtual Iraqui (2008) y Whiplash transition (2010-2013).

Lisa Barnard. Virtual iraqui (2008).
Lisa Barnard. Virtual iraqui (2008).
En su primera serie Virtual iraqui (2008), Barnard nos muestra todo aquello que pretende recrear el campo de batalla con la finalidad de aliviar el estres post-traumático que padecen los soldados tras su retorno del campo de batalla, En esta serie podemos ver los escenarios que son utilizados para las sesiones de terapia así como capturas de imágenes generadas por el software de realidad virtual que utilizan.

En su otra serie Whiplash transition (2010-2013) pone su atención en todo aquello que rodea al drone. En ella podemos ver desde los lugares donde viven los operadores de estos aviones controlados remotamente, su alienante trayecto recorriendo el desierto de Mojave hasta llegar a su puesto de trabajo, este episodio es al que hace referencia el título de la serie, de cómo un padre de familia en unos minutos está en su puesto de trabajo disparando desde un drone para tras su jornada volver a su hogar y seguir haciendo su vida familiar, muchos de ellos acaban sufriendo un trauma que les obliga a abandonar.
Lisa Barnard. Whiplash transition HDV
En esta serie podemos ver el lugar donde suelen vivir estos operadores, Las Vegas, el emplazamiento más cercano al Centro de control del ejército. Y sigue la irrealidad con esos paisajes de fantasía que nos mostraron los arquitectos Robert Venturi, Dennis Scott Brown y el colaborador Steven Izenour,  en 1968 durante un Viaje a Las Vegas junto a estudiantes de arquitectura. En el caso de Barnard sus fotografías además están alteradas por la exposición de los negativos a rayos X de manera que el soporte de la imagen acaba representando aquello que nos queda oculto a primera vista. De hecho el nombre de esta subserie, Not Learning from Anything, es un guiño al título que pusieron Venturi y compañía a su libro sobre Las Vegas.


Lisa Barnard.Not Learning from Anything
El trabajo de Barnard está lleno de detalles y algunos son muy sutiles, algo que a mi me hace sugerente, incluso poética, su obra. Un ejemplo sería el mostrar las cajas en las que los drones son transportados en piezas. En dichas cajas se puede leer la palabra fragil, es curioso pues se trata de un arma que mata a muchas personas inocentes, como ha sucedido en Oriente Medio en los últimos años, incluso niños, qué mayor fragilidad que la de estas personas.
Lisa Barnard. Crates and boxes
En otra subserie nos muestra el paisaje captado por los drones con sus cámaras de infrarojos en Afghanistan, bellas imágenes cenitales de la superfície del país, con una dominante azul, como comentaba al principio de la entrada con un cierto aire abstracto, sin embargo tras ese atractivo paisaje se ocultan numerosas muertes por ataques realizados con drones. Barnard añade esta información a sus imágenes.

Lisa Barnard. Too thin too blue
Barnard visita las ferias donde se comercializan los drones, pone en evidencia que las armas ya no son exclusivas del sector público sino que representan un negocio privado global en toda regla, una de esas grandes hipocresías que gobiernan nuestra civilización. Barnard se pasea por la feria bajo la mirada de una cámara de vigilancia como la que lleva un drone, en diversos momentos está en su objetivo, un curioso simil pues tras este trabajo podría estar en la diana de estas empresas por su crítica.
Lisa Barnard. Imagen tomada durante una feria frabricantes de drones
También podemos ver restos de armamento disparados por los drones y recogidos por los habitantes de las zonas bombardeadas. Esos restos, tal como los fotografía Barnard, siguiendo las pautas del bodegón, parecen restos arqueológicos, en la fotografía que podemos ver a continuación, pudiera tratarse más bien del resto de un casco de un soldado asirio que de un misil balístico.

Lisa Barnard. Primitives pieces
Para acabar una serie en la que se combinan fotografías de diversas fuentes, de drones del ejército durante sus misiones y de las víctimas de los ataques, tomadas por Noor Behram como forma de denuncia por los ataques a la población civil de Pakistan. Sobre ámbas imágenes se superponen las trayectorias que siguen estas naves no tripuladas, creando con todo ello una suerte de collage que conecta las dos partes del conflicto en una única imagen resultante. En Arles esta subserie tenía una presencia relevante, ocupando prácticamente un tercio de la pared expositiva.

Lisa Barnard. Mapping the territory
Lisa Barnard. Mapping the territory, detalle exposición Rencontres d'Arles (2015)
El fotolibro "Hyenas of the Battlefield, Machines in the Garden" nos acaba abduciendo y metiéndonos en este mundo tan oculto para la gran mayoría de nosotros. Las series que he ido citando son completadas por un par de ensayos, de Julian Stallabrass y de Eugénie Shinkle, que nos dan las clave sobre el desarrollo de las tecnologías de la imagen en la guerra y además nos ponen en el cambio de otros trabajos complementarios, en definitiva un libro muy completo. Podéis ver el hoja a hoja a continuación, gracias a .

https://vimeo.com/118794022
Si queréis haceros con una copia seguid este enlace: http://lisabarnard.co.uk/shop/hyenas-of-the-battlefield-machines-in-the-garden/. Espero lo disfrutéis como yo lo he hecho.

jueves, 27 de agosto de 2015

Arles 2015, lo bueno si breve dos veces bueno

Era la primera edición efectiva de Les Rencontres d'Arles con Sam Stourdzé a la cabeza, ya que en la anterior tomó el mando a pocos meses de la inauguración, y tenía ganas de ver si habían habido grandes cambios en la organización y contenidos del festival, así cómo ver el avance de las obras de la Fundación Luma en el recinto de los Ateliers y en concreto el edificio obra de Frank O. Gehry. En cuanto a la primera duda, sinceramente no he notado grandes cambios en la estructura del festival tras la marcha de François Hébel, se repite la fórmula año tras año, al menos en los últimos cinco. En cuanto a las obras la sensación es de que o son monstruosas o no están yendo al ritmo marcado, sí que habían pabellones reacondicionados pero el edificio emblema parece que aun está lejos de ser lo que se podía ver el año pasado en la maqueta que se exhibía.

Esplanada de Les Ateliers en obras.
Les Rencontres d'Arles sigue siendo el mismo cocktail con los mismos ingredientes; unas grandes estrellas, en esta ocasión Stephen Shore y Walker Evans, una mirada al pasado; esta vez recordando el trabajo de Las Vegas Studio un poco a toro pasado, una serie de fotógrafos bajo una etiqueta o bandera, este año los japoneses, unos cuantos archivos que salen a la luz, esta vez vimos los indígenas de la Tierra del Fuego y un recorrido histórico por la representación de la esfinge de Gizá además de los archivos de la apabullante MEP u otras colecciones, unas cuantas propuestas de revelaciones, algunas muy interesantes, los trabajos de los alumnos de la ENSP de Arles y de los programas asociados de la Fundación LUMA y libros, muchos libros. Es un formato que funciona y cuyo éxito reside en buscar un equilibrio que guste a todos, siempre algo te agradará. Eso sí, este año es un cocktail pero ya no es un trago largo, se agradece la reducción del número de exposiciones, aunque no sé si ello se debe a motivos temporales por las obras de los Ateliers.

Llego a Arles y comienzo visitando l’Eglisse des Pères prêcheurs, donde hay una instalación con fotografías de Martin Parr y música de Mathieu Chédid. Me acuerdo de Mathieu Chédid y su machistador, hace un tiempo de eso, me viene a la cabeza un tipo con una estética un tanto extravagante. Antes de entrar me parecía un experimento interesante, un juego de fotografía y música, una relación que me atrae. Una vez dentro la instalación me pareció divertida, Parr sabe muy bien cómo mantener la atención por sus fotografías dando una vuelta de tuerca, pero en mi opinión y reconozco que tampoco le dediqué quizás el tiempo necesario, no vi tan obvias las asociaciones de imágenes y sonidos, curioso me pareció que en cada espacio se proyectara sobre el muro el nombre del intrumento, como si se necesitará dar pistas.

Martin Parr y Mathieu Chédid. MMM. Église des Frères prêcheurs.
Las tumbonas de Martin Parr. Église des Frères prêcheurs.
Para disfrutar de la instalación podías utilizar una de las tumbonas creadas para la ocasión y estampadas con las clásicas fotografías de turistas realizadas por Martin Parr, muy divertidas aunque no igual de cómodas, se podían conseguir al módico precio de 250€.

A Mathieu Chédid se le podía ver también en una de las portadas de discos expuestas en los Ateliers des Forges, impresionante exposición que mostraba de forma más evidente esa relación entre música y fotografía.

Laurent Seroussi, portada de M. Qui des nous deux. Atelier des Forges.
Exposición Total Records. Atelier des Forge
En los Ateliers también se podía visitar la exposición de Las Vegas Studio, en la que se podían ver las fotografías recuperadas de los archivos de los arquitectos Robert Venturi, Dennis Scott Brown y el colaborador Steven Izenour, realizadas en 1968 durante un viaje a Las Vegas junto a estudiantes de arquitectura. Las fotografías fueron encontradas hace ya unos 5 años y por entonces se publicó un libro con ellas y alguna entrevista, en este blog le dediqué una entrada. Me sorprende que hayan pasado 5 años para que dichas fotografías hayan saltado del libro a la pared.

Las Vegas Studio. Grande Halle, Parc des Ateliers
Las Vegas Studio. Grande Halle, Parc des Ateliers
Del viaje de 1968 a la Vegas salió un libro icono durante muchos años en el que se describía arquitectónica y urbanísticamente la ciudad de Las Vegas con el título "Learning from Las Vegas", en él se trataba muchos temas, entre ellos el concepto del negocio que incorpora el reclamo publicitario en sí mismo, es decir ¿por qué añadir un cartel publicitario a una tienda de donuts si podemos hacer la tienda con forma de donut? Esta idea es el punto de partida del proyecto de Olivier Cablat, que de forma obsesiva trata de crear un archivo de la evolución de estos edificios de formas singulares, partiendo del famoso pato fotografiado por Venturi.

Olivier Cablat. Duck, a theory of evolution. Grande Halle, Parc des Ateliers
La exposición me agradó, me gusta que partiendo de una idea tan sencilla se desarrolle un estudio extenso, con información abundante y un trabajo de investigación largo, mostrado de forma divertida en sala, con una réplica del pato y con composiciones a modo de evolución darwinista. Lamentablemente el catálogo no estaba a la altura de la exposición y tan sólo mostrada imágenes en sucesivas páginas perdiéndose esos juegos expositivamente atractivos.

Olivier Cablat. Duck, a theory of evolution. Grande Halle, Parc des Ateliers
Olivier Cablat. Duck, a theory of evolution. Detalle del libro Learning from Las Vegas
en vitrina. Grande Halle, Parc des Ateliers
Y hubo más Las Vegas en Arles, la exposición de Toon Michiels que se podía ver en la Église des Trinitaires, el trabajo trata de combinar la visión archivística de los Becher con la práctica realizada por Walker Evans de introducir textos en sus fotografías, algo acorde con el objetivo de los anuncios publicitarios de neón. Este trabajo no me sorprendió pues previamente había visto uno de similares características realizado por la fotógrafa Sandra Gómez.
Toon Michiels. American Neon Signs by day and night. Église des Trinitaires
Toon Michiels. American Neon Signs by day and night. Église des Trinitaires
En el Grand Halle exponían muchos autores, algunos de corte documental como los de Ambroise Tézenas o Thierry Bouët que recopilan fotografías de turismo de lugares de tragedia o de personas que venden por internet objetos curiosos, en ámbos casos el texto, la historia, iba muy por delante de las fotografías, siendo éstas un testimonio de lo narrado en la cartela correspondiente, ello no quita que sean unos trabajos interesantes.

Con los trabajos que disfruté más fue con los expuestos en Cosmos Arles Book de autores que sigo desde hace tiempo, el objeto fotográfico de Cyrille Weiner y Grégory Lacoua, de factura excelente, la instalación de Stéphanie Solinas que combina lenguaje fotográfico, lenguaje braille y escultura, siempre conceptualmente sólida y muy original en sus proyectos. El tercer autor, Miguel Angel Tornero mostraba su trabajo Random Series, fotocomposiciones conseguidas de forma aleatoria y que gracias al software de photo-stitch, lo que podría ser un error de composición, gracias al azar, deviene en una nueva imagen que tras un tiempo de observación acaba descubiendonos una nueva realidad, un tanto surreal. Tornero recibió una mención especial en el premio de libro de autor con su Random Series.

Cyrille Weiner y Grégory Lacoua. Twice
Stéphanie Solinas. Les déserteurs
Miguel Angel Tornero. The Random Series
Junto a estos trabajos expuestos en pared se podrían ver todos los libros presentados en Arles, entre ellos en la sección de maquetas disfruté especialmente con Cosmic Surgery de Alma Haser, un fotolibro en el que se explora la tercera dimensión del retrato fotográfico.

Alma Haser. Cosmic Surgery
Exposición de libros. Magasin électrique.
Interesantes me parecieron algunos de los trabajos expuestos en la sección de descubrimientos, el archivo que se mueve entre la realidad y la ficción realizado por Robert Zhao Renhui, presentado con la solemnidad de un archivo, como un flujo en pared, cada ficha identifica un animal o vegetal, incluyendo según las convenciones archivísticas una imagen fotográfica, cuando se lee la ficha completa empiezan a surgir las dudas, en algunas ocasiones más evidentes que en otras. En cierta manera hay resonancias con otros archivos que juegan con la dualidad realidad-ficción como The Atlas Group de Walid Raad.

Robert Zhao Renhui. A Guide to the Flora and Fauna of the World
Robert Zhao Renhui. A Guide to the Flora and Fauna of the World
Otro trabajo atractivo, dado que últimamente ando interesado en la representacion del conflicto, es el de Lisa Barnard, que nos presenta las relaciones entre la guerra, la industria del entretenimiento y la tecnología, haciendo evidente el uso cada vez más importante de la imagen en la guerra, una muestra de ello es el software de immersión utilizado por soldados como entrenamiento prévio al campo de combate o el uso de drones, en los que la imagen remota permite sus maniobras. La instalación nos muestra estos elementos que configuran el escenario de la guerra contemporánea.

Lisa Barnard. Hyenas of the Battlefield, Machines in the Garden
Lisa Barnard. Hyenas of the Battlefield, Machines in the Garden
Era curioso ver cómo proyectos cuya materialización principal ha sido el fotolibro se materializaban en el espacio expositivo, los proyectos de Julián Barón se mostraban en una instalación que te aislaba completamente del resto de espacio expositivo, creando un ambiente ciertamente angustiante, Tras imágenes de gran tamaño de sus proyectos Censura y Tauromaquia, se proyectaba fotogramas de Los últimos días vistos del rey, tres proyectos que nos hablan sobre el uso de la imagen por el poder.

Julián Barón. Censura, Tauromaquia y Los últimos días vistos del rey
Julián Barón. Censura, Tauromaquia y Los últimos días vistos del rey
Julián Barón recibió el premio revelación junto a Pauline Fargue, una autora que al igual que Julián Barón, trabaja el fotolibro, en su exposición combina fotografías de gran formato junto a libretas intervenidas con fotografias, dibujos y textos. La línea que une ámbos formatos en la pared expositiva nos remite a la lectura lineal del libro.

Pauline Fargue. Nul jour.
Pauline Fargue. Nul jour.
Un par de proyectos me gustaron por aquello de cuestionar los límites de lo que entendemos por fotografía. Dos instalaciones incluían escultura, ¿podríamos hablar de impresión 3D como fotografía?, ¿si la impresión convencional, en 2D, la entendemos como fotografía, lo es también la 3D? ¿O es bien escultura por utilizar volumen? Junto a la instalación de Paola Pasquaretta encontrábamos la de la pareja The Cool Couple.

The Cool Couple. A Kind of Display
The Cool Couple. A Kind of Display
Paola Pasquaretta juega con las formas de representación, confrontando fotografía y escultura en un trabajo además de conceptual un tanto poético. El proyecto de The Cool Couple trata sobre el uso de la barba a lo largo de la historia, en la que se dan contradicciones evidentes en sus motivaciones y usos,  haciendose palpables en sus representaciones. Cuando asistí a la exposición no se realizaba la performance en el centro del espacio expositivo.

Paola Pasquaretta. Tephra
Paola Pasquaretta. Tephra
Para acabar un par de exposiciones con las que disfruté especialmente, aquellas en las que sientes una especie de síndrome de Stendhal pero reemplazando monumentos por fotografías, es el caso de la muestra dedicada a Stephen Shore, comisariada por Marta Dahó, mostraba los trabajos más importantes de uno de los genios del paisaje contemporáneo y la exposición dedicada al trabajo editorial de Walker Evans.

Stephen Shore. Espace Van Gogh
Stephen Shore. Espace Van Gogh
Walker Evans. Musée Départamentale Antique d'Arles
Walker Evans. Musée Départamentale Antique d'Arles
Siempre hay sorpresas en Arles, una de ellas fue la instalación a modo de constelación de Cloé Vignaud, su proyecto México Salvaje es una interpretación del libro "Los detectives salvajes" de Roberto Bolaño. En la instalación además se podía hacer una edición de las fotografías con ayuda de un monitor táctil, creando cada cual su secuencia.

Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Cloé Vignaud. Mexico Salvaje. Couvent Saint-Césaire
Dejo muchas cosas en el tintero pero esta entrada ya se ha alargado demasiado, podéis encontrar información completa sobre lo que se puede ver en Arles en la página del festival, todavía tenéis unas semanas para visitarlo.

Más fotografías aquí.
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