Lamentablemente no es la primera vez en que se juzga el indebido comportamiento de algunos miembros de nuestros cuerpos de seguridad pero sí es la primera vez, al menos que yo sepa, en que ese comportamiento indebido está también relacionado con el control sobre las imágenes.
Hoy han declarado ante el Juzgado los ochos mossos de esquadra implicados en la muerte, tras la detención, de una persona en las calles de Barcelona y a la vista de unos cuantos vecinos que fueron testigos de dicha supuesta violenta detención. En lo que quiero hacer hincapié, no es tanto si hay culpabilidad o no en la muerte del detenido, eso está reservado a otros foros, como en el hecho de la intervención de los agentes en la eliminación de las imágenes realizadas durante esa detención.
Fotograma extraído de uno de los vídeos grabados por vecinos durante la detención en el que se aprecia como uno de los policias mira hacia la cámara que les está grabando. |
Según declaraciones de una vecina, los mossos de esquadra, tras la detención, estuvieron visitando a los vecinos que fueron testigos de los hechos para comprobar si habían tomado imágenes. Una vecina borró su tarjeta de memoria para evitar posibles problemas. Días más tarde se arrepintió de haberlas borrado y puso dicha tarjeta en manos de la Policía Nacional que han conseguido recuperar algunas de esas imágenes y que puede poner en entredicho la versión oficial defendida por la policía autonómica.
Esto nos da, una vez más, la dimensión que ha tomado la fotografía en nuestra sociedad, quien controle las imágenes tendrá la verdad, porque quien las tenga las podrá mostrar o bien las podrá ocultar, la opción dependerá del discurso que quiera defender. En este caso, es curioso como las herramientas del control, el Gran Hermano, se vuelven en contra de los poderes, al fin y al cabo son armas de doble filo, dependen de quien esté a un lado u otro del cañón o del objetivo.
En cierta manera alguna imagen de dicha detención, como la que adjunto en esta entrada del blog me ha recordado algunas imágenes realizadas por el artista libanés Rabih Mroué para su Pixelated Revolution, en dicha serie Mroué recopila imágenes subidas a youtube desde móviles por la población siria durante la revolución.
Rabih Mroué. Pixelated Revolution |
En las imágenes de Pixelated Revolution hay "doble disparo", el de quien empuña el arma y el de quien empuña la cámara del móvil. En el caso de los mossos existe también un doble disparo, el del vecino con la cámara de fotos y el de la mirada del policia que descubre al fotógrafo, es una mirada delatora que implica un peligro, un peligro que obliga a la "autocensura".
Sin embargo, en este caso que nos ocupa y por fortuna para la verdad, esperemos no haya un único testigo, y esperemos también que no se argumente por la defensa que la fotografía es una herramienta de ficción. Sólo faltaría eso, que utilizaran las ideas de Joan Fontcuberta acerca de la ficción de la fotografía para que dichas imágenes fueran "censuradas", ahora que precísamente acaba de inaugurar una muestra con el tema de la censura como protagonista.
Joan Fontcuberta en su exposición Deletrix. Foto: EFE. Alberto Estévez |
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