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miércoles, 27 de marzo de 2013

La belleza de la violencia, el caso de Ori Gersht

¿Puede provocar belleza la violencia? Sé que empezar esta entrada con esta pregunta puede escandalizar a algunos pero surge viendo los audiovisuales que crea el artista israelí Ori Gersht

Ori Gersht, Time After Time, Untitled #09, 2007
Estos días se puede ver una de sus obras, Big Bang, en la exposición "Seducidos por el Arte" en Caixaforum Barcelona. Esta obra muestra un ramo de flores perfectamente dispuesto en un jarrón de cristal, que tras unos segundos de calma y posterior pequeño pitido, a modo de sirena, explota haciéndose añicos. El resultado es un espectáculo para la vista, miles de fragmentos de diferentes colores se entremezclan al salir despedidos del centro. 

Pero, ¿es sólo el espectáculo de colores al que me refiero o además esa acción violenta es bella por sí sola?. Lo que tenemos claro es que la obra ha sido generada por una acción violenta, una detonación de explosivos ocultos entre las flores préviamente congeladas gracias a un baño de nitrógeno. ¿Podríamos decir que esa acción violenta nos ha gustado? ¿Podríamos concretar si ese placer visual ha sido el espectáculo posterior a la explosión o la propia explosión puede agradar al espectador? En este sentido deberían hablar neurólogos porque parece que algo hay, la violencia hace que nuestro cuerpo genere dopamina y esa sustancia proporciona placer, en algunos casos de forma anormal, entonces nos encontramos ante casos patológicos.

En definitiva, sí es posible que la violencia genere un efecto de aceptación de la obra, en forma de placer adicional al que proporciona la "belleza visual".


Podría ser el mismo caso de las fotografías que Harold Edgerton conseguía gracias a la utilización del flash estroboscópico. En dichas fotografías un disparo de un arma atraviesa un objeto y lo hace estallar en pedazos, sería un precedente de otra obra de Gesrht, Pomegranate.

Harold Edgerton.
Harold Edgerton.
Podemos observar que en Pomegranate se une el bodegón clásico de Sánchez Cotán con el disparo de Harold Edgerton.

Bodegón de Sánchez Cotán. c 1600
La tranquilidad en la visión del bodegón, en el que no debería pasar nada al tratarse de una naturaleza muerta, se quiebra por un disparo inesperado que rompe una de las frutas del bodegón. Dos elementos, el bodegón y el disparo, que adopta Gersht de artistas anteriores para el uso en su proceso creativo.


El hecho de que el disparo lo veamos a cámara lenta me recuerda otra famosa escena violenta, quizás la más vista en televisión y que generó otros tantos proyectos artísticos, el asesinato de John F. Kennedy. El uso de la cámara lenta proporciona mayor dramatismo a la escena ¿Otro elemento que Gersht adopta para su obra, la cámara lenta durante el acto violento?



En cine también se ha utilizado el acto violento que genera belleza, un ejemplo sería la escena final de la película Zabriskie Point, obra de Michelangelo Antonioni. En ella tras una explosión salta todo por los aires, creando de nuevo imágenes muy estéticas.



La cuestión es si Gersht usa todos estos elementos existentes con alguna idea preconcebida o si son elementos que simplemente funcionan de forma separada y en su caso por acumulación.

Normalmente no me refiero a las nacionalidades de los artistas pero en este caso al inicio de la entrada lo hacía. Gersht es israelí y es importante para entender su obra, los disparos, las sirenas previas a las explosiones, las propias explosiones, ... toda esa violencia forma parte de su vida, son elementos con los que ha aprendido a vivir, que forman parte de su realidad, la sombra de la guerra de Yom Kipur es uno de los capítulos que más influenciaron en su infancia y eso queda patente en su obra, que en su mayor parte gira en torno al pueblo israelí.

Como resumen, decir que nos encontramos ante un artista que ha sabido integrar elementos anteriores a su obra, que por otro lado es muy autobiográfica, consiguiendo resultados muy plásticos. Nos podemos preguntar si ha ido incorporando a su obra elementos artísticos existentes, ¿donde radica su creatividad? Pues precísamente en la combinación adecuada de esos elementos previos que juegan en favor de su discurso.

sábado, 23 de marzo de 2013

La tesis proyectista de las sensaciones

Desde hace unas semanas estoy leyendo un ensayo sobre la percepción titulado "Sociología de las formas", obra de Arnau Puig, miembro fundador del colectivo Dau al Set. Arnau Puig, filósofo y sociólogo, ha sido y es un gran seguidor de las teorías de Rudolf Arnheim sobre el pensamiento visual y en general sobre las teorías de la percepción de la Gestalt.

Básicamente el ensayo trata sobre los factores que influyen en la percepción, si es sólo un acto físico cuya información pasa al sistema mental o si el hecho de la percepción se hace en una etapa única y en ella intervienen los sentidos y la mente conjuntamente, influyéndose unos sobre otros. Y cuando decimos mente, a ésta podemos añadir la memoria, nuestra experiencia prévia, nuestra cultura, el espacio en el que nos encontramos y muchos otros factores.

Una de las teorías, la de la tesis proyectista de las sensaciones, vendría a decir que vemos lo que queremos ver. Es decir, no sólo percibimos y luego pensamos en aquello que estamos viendo sino que ya en el momento de la percepción nuestra mente se focaliza en determinadas situaciones u objetos de una escena determinada, actuando como un filtro automático e incontrolable.

El mismo Arnau Puig pone como ejemplo para ilustrar esta teoría algunas escenas de la película de Michelangelo Antonioni, Blow Up, una de mis películas preferidas que además ha generado otros proyectos artísticos conceptuales, Blow Up Blow Up, de mano de nuestro Premio Hasselblad, Joan Fontcuberta.

Tres escenas son claves para refrendar esta teoría, la primera se da cuando Thomas, fotógrafo de moda, sale a dar una vuelta con su cámara y en un jardín ve a una pareja, la sigue con su cámara, la fotografía, su percepción es la de estar fotografiando un encuentro amoroso, la soledad de la pareja y el entorno romántico acompañan.

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
En una segunda escena, la mujer le sorprende y se dirige hacia él para recuperar el carrete que había utilizado, no lo consigue ante la negativa de Thomas.

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Ya en el tercer momento, y provocado por el hecho de que la mujer insistiera en recuperar las imágenes se despierta un interés en ver las copias para quizás ver con detalle algo que no percibió en el momento de la toma.

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Realiza las copias en su laboratorio y las observa detenidamente. Ahora, su percepción se ve influida por el episodio con la mujer, hay un interés en encontrar algo más.

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Thomas  descubre la mirada de la mujer hacia un rincón del jardín, realiza entonces ampliaciones de esa zona de la fotografía y finalmente descubre el perfil de un cuerpo en el suelo, ¿podría tratarse de un cadáver?, ¿podríamos estar ante la escena final de un crimen pasional?

Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
Blow Up. Michelangelo Antonioni. 1966
El asunto es que Thomas fotografía a la pareja porque su percepción está coartada por la tradición de la escena de una pareja enamorada en un jardín, Thomas se convierte en voyeur y no percibe en el momento de la toma la presencia del cadáver. Sin embargo cuando tiene sospechas y se encuentra fuera del entorno del jardín, acaba percibiendo la presencia del muerto.

Buena forma de ilustrar la tesis proyectista de las sensaciones, cierto es que proyectamos nuestra mirada sobre aquello que queremos, dejando a veces de lado otros elementos presentes en la misma. Os recomiendo la película y el libro.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Una edición de Il deserto rosso de Michelangelo Antonioni

De un tiempo para aquí y siguiendo los consejos de fotógrafos con los que realicé hace un tiempo cursos o talleres, como han sido Eduardo Momeñe o Ángel Albarrán, me he puesto a visionar cine de manera regular y centrándome en la obra de directores que se caracterizan por un uso más intenso de la fotografía, de todos los recursos que ofrece, que se fijan más en la narrativa de las imágenes que en seguir un esquema clásico de narración cinematografica hollywoodiense.

Filmografía de Michelangelo Antonioni
Entre estos directores se encuentra Michelangelo Antonioni, una vez has visto sus películas te das cuenta que lo menos importante es el desenlace sino el cómo se desarrolla la historia, entre sus temas se encuentran la incomunicación, las preocupaciones de la clase alta italiana de postguerra, temas que de por sí no tienen un desenlace claro, son historias demasiado genéricas... En este caso, Antonioni lo que intenta es crear una atmósfera que recree estos temas, los no lugares, la perfiferia, las zonas castigadas por la industria, los fenómenos atmosféricos, ... situaciones que hablan del género humano.

Ya en una entrada anterior hablaba de la niebla y la playa, el no lugar más aun en invierno, emparentando la imágenes de Antonioni con las de Luigi Ghirri, es obvio que ambos comparten elementos a la hora de crear una narrativa con sus imágenes. 

De esta comparación surgió un ejercicio en mi cabeza, ¿se podría crear una serie extrayendo fotogramas de una de sus películas y que éstos hablaran por sí mismos? Quizás no era necesario intentar ilustrar la película sino incluso encontrar deiferentes narrativas. Pues bien, he llevado a cabo el ejercicio y para ello he elegido "Il deserto rosso", su primera película en color y en la que como no el color juega un papel importantísimo que en todo momento representa el estado anímico de su protagonista.

Aquí tenéis una edición que he hecho de la película, cada uno puede hacer la suya, sería interesante ver otras ediciones. Es muy sencillo, mientras véis la película, con la ayuda de un reproductor de vídeo como es VLC se realizan capturas de los fotogramas que deseéis, una vez los tenéis los recortáis al tamaño que queráis con la ayuda de Adobe Bridge y por último creáis el libro con Booksmart de Blurb que más tarde podrá imprimirse en papel o descargarse en forma de iBook.


Mientras véis el libro os recomiendo escuchar la música de 24 artistas que se han inspirado en estas imágenes para crear sus composiciones en modo de homenaje a Antonioni. La podéis conseguir en el sello americano de música experimental and/OAR, el primero de ellos, es un doble cd y de descarga libre.



Y si queréis profundizar en el fenómeno Antonioni y su fotografía os recomiendo "Antonioni. Un compromiso ético y estético", un ensayo escrito por Ana Melendo y que podéis descargar aquí, aunque yo compré el libro publicado por la Filmoteca de Andalucía por tan sólo 10€.

Portada de "Antonioni. Un compromiso ético y estético" de Ana Melendo
También tenéis la posibilidad de ver la película a continuación.


domingo, 21 de agosto de 2011

La playa y la niebla de Antonioni y Ghirri

La playa abandonada de sus visitantes estivales tiene gran atractivo, es algo que muchos fotógrafos han tomado como motivo fotográfico, captar esa ausencia durante el invierno. Es un tema que ya vimos hace un tiempo en una entrada de este blog, aunque en ese caso algunos autores como Massimo Vitali o Andreas Gursky vimos que preferían las playas bien repletas de visitantes.

El caso es que viendo estos días de vacaciones "Más allá de las nubes", la película de Michelangelo Antonioni, quizás el director de cine con una fotografía más cuidada, más estética, aparece una escena en la que John Malkovich, protagonista e hilo conductor de todas las historias que se van sucediendo en la película, accede a la playa de Portofino buscando una localización para su próxima película y es cuando entramos en un escenario digno de Luigi Ghirri, esa playa desierta de gente pero con todos los elementos para el ocio temporalmente abandonados, delatan la presencia de gente en otro momento. Que estos objetos en un espacio ausente remitan a otro momento en que la playa está ocupada es una idea fascinante, ayuda también la postal que Malkovich tiene en sus manos como si la escena se tratara de una refotografía en dos tiempos, buen recurso el de Antonioni, que fue ayudado por el no menos fotográfico Win Wenders, dados los problemas de salud del director italiano en aquel tiempo.


Y las imágenes que se ven en esa escena tienen un referente en uno de los grandes del paisaje italiano, Luigi Ghirri, adjunto unas cuantas imágenes encontradas por la red sin apenas datos pues ninguna de ellas aparece en "It's beautiful here, isn't it...", el libro retrospectivo que publicó Aperture hace pocos años y que os recomiendo.

Luigi Ghirri
Luigi Ghirri, "Lido di Spina" (1973)
Luigi Ghirri

Por otra parte ámbos autores comparten también otro elemento común en alguna obra como es la niebla. Se da la casualidad de que en "Il deserto rosso", la niebla es protagonista y además es un elemento esencial de la narración. De esta manera se produce de nuevo un paralelismo con ciertas imágenes de Ghirri ya que éste también tiene un buen número de ellas.


También se da la casi coincidencia entre el nombre de la película de Antonioni y el documental dedicado a Ghirri titulado "Deserto rosa" que se estrenó en la Bienal de Venecia en 2007.

Aquí tenemos una muestra de la niebla en la obra de Ghirri, alguna de ella me parece cercana a alguna de Jordi Bernadó, será quizás por su formación en arquitectura...

Luigi Ghirri. Reggio Emilia1973
Luigi Ghirri.
Luigi Ghirri.
Luigi Ghirri, Formigine, Modena, 1985
Jordi Bernadó. Esstocolmo. 2010
En caso de no haber visto ninguna de las dos películas, os animo a verlas pues son pura fotografía, son un manual de uso del punto de vista, de la luz, del color, de composición ... Es impresionante como utiliza todos esos recursos y el resultado es de una plasticidad increible que además ayuda a la narración.
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