Hoy he asistido a un taller impartido por Tino Soriano en el Centre Internacional de Premsa de Barcelona. Tuve la oportunidad de conocerlo hace unos meses durante un taller impartido por José Manuel Navia y me dió buena sensación, esa fue la razón que me movió a participar en este taller de hoy. Finalmente mis expectativas eran buenas y no me ha defraudado.
Tino Soriano, sin ser un fotógrafo espectacular, huye de complejas postproducciones o de tomas imposibles, es realmente un especialista en contar historias con pocas imágenes. Su especialidad es el fotoreportaje y las historias que trata siempre tienen un componente muy humano, tratando destacar los valores más interesantes de cada persona que posa ante su cámara.
En su portfolio abundan los temas sociales tales como el trabajo de los médicos, de los servicios médicos de emergencia, la prostitución, la explotación de los trabajadores del azúcar, etc. También tiene gran peso en su obra la fotografía de viajes, sin embargo no recurre a los tópicos de las imágenes idílicas de atardeceres sino que suele explicar alguna historia, como por ejemplo la del tren de la muerte que une Río de Janeiro y Lima.
En definitiva, tiene una especial sensibilidad por las personas que se ve reflejado en sus imágenes. Y esto se ve claramente en la imagen que he colgado en esta entrada.
Se trata de una foto en la que aparecen un padre y su hija sosteniendo una foto de ambos diez años antes. Ambas fotos fueron portada del dominical de La Vanguardia. La primera foto fue tomada por Tino cuando estaba haciendo un reportaje sobre la vida en un hospital. En un momento dado el padre se acercó a Tino y le pidió si le podía hacer una foto con su hija abrazandose a él. Quería tener una imagen antes de que la niña muriera, ya que los médicos habían dicho que su cáncer era incurable y no pasaría de esa tarde. Felizmente esto no sucedió y la niña no falleció. Diez años más tarde Tino los volvió a reunir. Una historia que sin duda estremece y es una muestra más del trabajo al que se enfrenta Tino Soriano frecuentemente.